“Expedición Goliat”: la odisea de Karl Bushby, el hombre que camina hace 27 años para dar la vuelta al mundo a pie

Karl Bushby tenía 29 años cuando emprendió la “Expendición Goliat“, que consiste en, nada más y nada menos, que dar la vuelta al mundo a pie. Sabía que nadie lo había logrado, hizo los cálculos, estudió las rutas en los mapas y empezó la odisea. A los 56, todavía sigue caminando, y está a solo 5000 kilómetros de lograrlo.
“Al principio nadie creía en mi, ni mis amigos, ni mi familia, y tampoco existían las redes sociales, así que básicamente no tenía el apoyo de nadie”, reveló en una entrevista con la agencia Reuters.
Tenía en claro dónde comenzaría su travesía, en el extremo sur de Sudamérica, y dónde terminaría: en Hull, su ciudad natal en el Reino Unido. Con 58.000 kilómetros por delante y cuatro continentes que atravesar, dio el primer paso hacia la meta.
Karl Bushby a los 29 años, cuando llevaba 2500 kilómetros recorridos. (Foto: Archivo Clarín)Bushby se unió al ejército británico a los 16 años, como paracaidista junior. Esa experiencia cambió su cosmovisión de la vida. “El entrenamiento de los paracaidistas se centra en la condición física, la resistencia y la confianza, porque en cada vuelo te valés únicamente por vos mismo”, detalló.
“Fui mucho más consciente de que la vida es corta, de la sensación de muerte porque perdí varios amigos, y me propuse vivir lo mejor posible”, aseguró.
Durante esos años como soldado viajó para cumplir diferentes misiones, y supo que era un trotamundos de alma. “Para cuando surgió mi idea de hacer una ‘larga caminata global’, ya había servido 12 años en el Regimiento Paracaidista, así que había tenido acceso a mapas muy completos mientras trabajaba en la unidad de inteligencia del batallón”, reveló.
En rojo, la ruta hecha por Karl Bushby en América. (Fotos: Facebook Instagram)“Tracé el recorrido a mano, con papel, lápices y una calculadora; y de pronto me di cuenta que era factible. Me obsesioné con la idea de lograr algo así de extraordinario“, explicó.
Se autoimpuso una serie de reglas que mantuvo a lo largo de todo el recorrido: no utilizar transporte motorizado, no volar, no conducir, y no navegar, solo caminar. Sin atajos ni excepciones.
“La más difícil de mis máximas es que no puedo volver a casa hasta que llegue a pie hasta ahí, porque estoy seguro de que nadie dio la vuelta al mundo caminando sin haber vuelto al menos una vez a su hogar en medio de la expedición”, argumentó.
Un presupuesto de 500 dólares para dar la vuelta al mundo
El 1° de noviembre de 1998 partió desde Punta Arenas, la ciudad portuaria más austral de Chile, y en ese momento creía que la expedición iba a llevarle un máximo de 12 año, pero ya superó eld oble de ese tiempo, debido a los impedimentos de fuerza mayor que lo obligaron a frenar en determinados momentos.
Karl Bushby fue paracaidista y soldado en Inglaterra, antes de la épica caminata. (Fotos: Facebook Instagram)Con un promedio de caminata de 30 kilómetros por día, y tan solo 500 dólares como presupuesto, se las arreglaba con su tienda de campaña y la ayuda que recibía de desconocidos.
Registró sus primeras experiencias en Latinoamérica con una cámara Instamatic de plástico con rollos de película de 35 milímetros, sin imaginar que ese material podría interesarle a alguien en el futuro, o que serían material de un libro.
“Los medios de comunicación era lo último en lo que pensaba, jamás pensé en la fama tampoco”, aseguró. Hasta 2025 incluso se resistió a tener una cuenta de TikTok, pero tiene todo el proceso registrado de forma fotográfica, satelital y audiovisual.
“Comprendí que las redes sociales son una herramienta de difusión enorme, pero también son una capa de presión adicional, porque de repente hay muchas miradas sobre uno”, reflexionó.
En la mayoría de los trayectos estuvo solo, pero en algunos tramos se sumaron otros aventureros. (Foto: Facebook/ Karl Bushby)Siente que ya no está solo, porque además se sumaron distintos patrocinadores deportivos, pero no pierde el foco de su objetivo. “Desde hace 27 años mi vida consiste en levantarme y salir a caminar tras mi propósito”, indicó.
El clima y sus inclemencias fueron los primeros obstáculos. Cuando llovía debía limitar los trayectos, los temporales fuertes le impedían avanzar, las zonas selváticas representaban peligros de fauna, y así sucesivamente.
A medida que avanzó su familia empezó a ayudarlo, y crearon una campaña de donaciones de la comunidad. Su historia parecía una continuación de la película Forrest Gump, estrenada en 1994, tan solo cuatro años antes de que él comenzara la travesía.
Mucha gente apoyó su proyecto, ya sea con mensajes para darle aliento o con aportes económicos. Y para cuando llegó a Canadá en 2003, Bushby ya tenía un contrato para publicar un libro, y una productora lo contactó para llevar su historia al cine.
Territorios hostiles y restricciones de visados: los desafíos de Karl Bushby
Sin dudas las huellas de Bushby están por todo el mundo. Recorrió la Cordillera de Los Andes, México, Estados Unidos, Rusia, Mongolia y partes de Asia. En total ya cruzó la frontera de 25 países.
Karl Bushby tiene por delante los últimos 1500 kilómetros para dar la vuelta al mundo a pie. (Fotos: Facebook Instagram)Estuvo en los lugares más remotos, hostiles, e incluso en países en conflicto militar. “Atravesar el Tapón del Darién fue extremadamente peligroso y casi imposible”, reconoció.
En febrero de 2003 se adentró en la impenetrable selva pantanosa de 96 kilómetros de extensión, también conocida como “el muro del terror”, que se ubica en la frontera entre Panamá y Colombia, famosa por los intentos de los migrantes que buscan llegar a Norteamérica, arriesgándose a toparse con grupos armados, células de narcotráfico e incluso una elevada tasa de abusos sexuales.
Bushby pasó más de 50 días caminando en el territorio. “Nunca tuve tanto miedo en mi vida; puse mi hamaca para dormir un poco en una jungla bastante densa, y escuché a unos veintena de hombres con sus armas tintineando, a solo 10 metros de distancia; por suerte era de noche y no me vieron”, relató.
Otro de los desafíos más extremos, para los que requirió preparación física especializada, fue para caminar sobre el estrecho de Bering, entre Alaska y Rusia en 2006.
Karl Bushby estuvo preso en Rusia y tuvo que recurrir a ayuda diplomática. (Foto: Facebook)Fue el punto medio de su caminata y derivó en una serie de inconvenientes posteriores. “Es una masa enorme de hielo triturado y agua de mar que literalmente tienes que escalar para cubrir cualquier distancia corta”, describió.
Tuvo un compañero aventurero que cruzó con él, el mochilero francés Dimitri Kieffer, quien perdió parte de un dedo por congelación durante una terrible tormenta.
Durante 14 días caminaron y nadaron sobre el hielo inestable de Alaska rumbo a Siberia, enfrentando peligros extremos como los ataques de los osos polares, con quienes tuvieron un encuentro cercano donde milagrosamente el animal se alejó.
“Era como si alguien estuviera caminando alrededor de mi tienda de campaña golpeándola con una pala todo el tiempo; y no salí de mi saco de dormir porque la sensación térmica era de -98 grados“, indicó.
Una tormenta los arrastró 45 kilómetros mar adentro, porque el hielo se había movido. “Nadie creía que lo lograríamos, y menos en el primer intento; ni nosotros no lo creíamos, pero así fue”, expresó.
Karl Bushby enfrentó fríos extremos, granizos y lluvias torrenciales. (Foto: Instagram @bushby3000)Poco después de alcanzar el objetivo, Bushby fue detenido por las autoridades rusas del Servicio Federal de Seguridad (FSB), por haber entrado al país por una frontera incorrecta.
Pasó 57 días preso de su libertad, y se enfrentó a un juicio, hasta que las autoridades accedieron a permitirle continuar su viaje, pero se le prohibió volver a entrar a Rusia durante cinco años debido a su primera violación fronteriza.
Desde entonces tuvo mucha cautela en las restricciones de visados, ya que en Europa solo puede quedarse 90 días antes de partir hacia otro destino y luego regresar para reanudar la ruta.
Dos años después de aquella terrible situación se desató la crisis financiera de 2008. Sus patrocinadores se retiraron y tuvo que paralizar los viajes hasta recaudar nuevamente el dinero.
Cruzar el Mar Caspio y nadar en aguas abiertas: otro desafío imposible
La pandemia de coronavirus fue otro de los acontecimientos que lo obligaron a permanecer en pausa durante un mínimo de un año.
Pero ese tiempo lo capitalizó para entrenarse físicamente, y en agosto de 2024 se enfrentó al segundo cuerpo de agua de su ruta.
El tramo que hizo nadando Karl Bushby para cruzar el Mar Caspio.(Fotos: Facebook Instagram)Nadó durante 31 días a través del Mar Caspio, desde Kazajistán hasta Azerbaiyán, para evitar pasar por Irán y Rusia.
“Definitivamente no soy nadador, ni me gusta nadar”, admitió, pero se propuso dar cada brazada hasta culminar los 288 kilómetros de aguas abiertas.
Entrenó durante un año junto a otra aventurara, Angela Maxwell. Tuvo el apoyo del gobierno de Azerbaiyán, con dos nadadores del equipo nacional que lo asistieron y buques de la guardia costera que monitorearon su recorrido.
Karl Bushby atravesó dos masas de agua durante la Expedición Goliat. (Fotos: Facebook Instagram)Lo hizo en tramos, durmiendo en embarcaciones de apoyo cada noche. Se organizó con turnos de nado de tres horas por la mañana, tres horas por la tarde, y descansaba por la noche. Luego otra vez se sumergía en medio de los vientos fuertes y el tratamiento mental.
El 17 de septiembre de 2024 llegó a Azerbaiyán. Desde allí caminó 2.204 kilómetros desde Georgia hacia Turquía los siguientes cinco meses.
El 2 de mayo de 2025 cruzó el puente del Bósforo en Estambul, y actualmente está en Hungría. Le faltan solo 1500 kilómetros para terminar la caminata global.
Queda un obstáculo por delante: el Canal de la Mancha. Nadar es posible, pero peligroso. Tiene la esperanza de caminar por el pasillo de servicio del túnel del Canal, un tramo que se utiliza solo para tareas de mantenimiento, que no está abierto a los peatones.
Después de 27 años y más de 50.000 kilómetros cumplidos, espera que las autoridades le concedan un permiso especial cuando llegue a ese punto, donde le faltarán solo 33 kilómetros para culminar el viaje.
En un carrito de dos ruedas suele llevar todas sus cosas y lo arrastra en cada ruta. (Fotos: Facebook Instagram)“Tuve que recorrer cada centímetro de este camino caminando o nadando. Y cada vez que me detengo tengo que empezar desde ese punto y continuar”, detalló.
La salud, los amores y los benditos pies de Karl Bushby
Mantener una relación estable resulta difícil para Karl. Siempre está en movimiento, sin saber cuándo volverá ni cómo se presentarán las circunstancias. “Tuve dos relaciones muy importantes y duraderas en estos 27 años”, contó.
La última vez que estuvo en pareja fue en 2021, y todavía conserva las fotos en su Facebook de las salidas juntos. En cuanto a su salud, reveló que por fortuna sufrió una sola lesión grave cuando se resbaló, se cortó la muñeca, y requirió suturas.
Tuvo ampollas y cortaduras en sus pies muchas veces, pero nunca nada de gravedad. “Mis pies recorrieron cuatro continentes, pero están maravillosamente bien”, dijo con entusiasmo.
También tuvo una infección estomacal grave una sola vez, y estuvo internado en la casa de un médico en Perú, quien lo cuidó hasta que se recuperó.
Karl Bushby proyecta su regreso a casa tras 27 años en septiembre de 2026. (Foto: Facebook)“Cada vez que estuve enfermo o algo salió mal, recibí ayuda de residentes locales o algún dato que necesitaba, y eso sucedió en todas partes, sin importar las diferentes culturas de cada país”, enfatizó.
“La inmensa amabilidad de los personas desconocidas me impactó”, confesó. Cada uno de esos gestos fueron claves para que pudiera avanzar.
La soledad fue uno de sus enemigos mentales, sobre en todo en la monotonía de algunos paisajes. “Estuve en desiertos donde lo que veía no cambiaba durante días o incluso semanas, y eso puede ser abrumador; lo mismo ocurre con el Ártico, donde sientes que el Ártico intenta matarte constantemente”, definió con humor.
“Una de las lecciones que me deja esto es que nadie lo logra solo“, relató Bushby. “Puede que sea el único que va por el camino, pero cuento con una enorme red de apoyo que me mantiene avanzando”, agregó.
En la nieve, en terreno fangoso y selvático, desiertos, pasó por todas las geografías alrededor del mundo. (Foto: Facebook/Karl Bushby )“El 99,99 % de las personas que he conocido fueron bondadosas, amables y buenas. El mundo es un lugar mucho más agradable de lo que a menudo parece, realmente con este viaje recuperé la fe en la humanidad”, expresó.
Entre risas aseguró que aunque todos crean que ama lo que hace, en realidad no le gusta caminar, escalar ni nadar. “Lo hago solo por el propósito, porque el desafío existe y me motiva lograrlo”, sostuvo.
“Mi otra pasión es la alfabetización científica y la participación en la ciencia, así que eso es lo que quiero hacer cuando termine con la Expedición Goliat”, proyectó.
“Mi intención es transmitirles que mo tengan miedo, que se levanten del sillón, de la cama, y hagan realidad lo que anhelan, porque al dar el primer paso se abre un mundo de oportunidades ante tus ojos”, recomendó.
Si todo sale según lo previsto, se convertirá en una de las primeras personas en recorrer a pie una ruta ininterrumpida alrededor del mundo.
Fiel a sus reglas, no volvió a poner un pie en el Reino Unido en los últimos 27 años. Ansía poder hacerlo muy pronto, y espera llegar a su casa en Hull entre septiembre y octubre de 2026, donde lo espera su padre, Keith Bushby, de 77 años.
Fuente: www.clarin.com



